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Tseyor. Centro de Estudios Socioculturales, Barcelona. España

Este blog, surge como punto de encuentro entre los componentes de Tseyor, que tiene como cometido principal el de recoger, agrupar, relacionar, toda aquella información que pueda ser de interés para completar el puzle de símbolos. Cada miembro que haya expresado su deseo de realizar el curso gratuito online de Transmisión de Energías, habría recibido en la ceremonia de iniciación un símbolo propio que cada uno habrá de desentrañar (con la colaboración del resto de compañeros).

 

El objeto de este Gran Juego es ayudar a todos y cada uno de los participantes a trabajar en común para descubrir en profundidad quiénes somos; la gran búsqueda metafísica del Ser Humano…

 

Los símbolos y el puzle

 

Los símbolos o palabras clave, son los nombres que nuestros hermanos del Cosmos, a
través de Shilcars (Silauca-ar) nos han dado en la ceremonia de la primera iniciación del
Curso de Transmisión de Energías.
En realidad, estos símbolos los hemos elegido nosotros mismos en un espacio que
llamamos adimensionalidad, y tienen una relación directa con nuestro nombre cósmico.
A cada uno le corresponde “su” nombre, “su” símbolo, porque muchas veces tienen
que ver con determinados rasgos de la personalidad de su portador y sabemos que a través de
ellos empezará a despertar nuestra conciencia, desarrollando la intuición.
Porque cada nombre en sí tiene una resonancia característica, y al nombrarlo, se genera
una serie de factores internos muy importantes pues su fonética actúa muy profundamente en
nuestro interior, en nuestros cromosomas.
Cada símbolo está dotado de energía, por lo que el conjunto de todos los nombres o
símbolos forma como un puzle que calificamos de “holográfico cuántico”. Holográfico
porque en cada nombre radica una posibilidad de relación con cualquier otro, ya que su
vibración contiene a la totalidad. Y cuántico por ser palabras o símbolos individuales. Al
relacionarlos indefinidamente, al final, cada símbolo formará una infinita esfera de luz.
Y como en cualquier puzzle, “si falta una pieza, queda incompleto”, dice nuestro guía,
señalando así el hecho de que todos somos necesarios e imprescindibles en este universo.
El trabajo conjunto por parte nuestra en este juego del puzle fomenta la relación y el
compartir, a la vez que es una experiencia de ayuda mutua. El interés por el juego es una
cuestión puramente amorosa y el resultado final será la llegada de la comprensión individual,
que se contagiará a todo el colectivo a través de las cadenas formadas con las piezas, como un mosaico infinito.